sábado, 12 de diciembre de 2015

El refrán nuestro de cada día



Algo muy típico en nuestra cultura son los refranes. Estos son expresiones de contenido moral que no tienen un significado literal, lo que nos hace interesante su estudio.  Los utilizamos cotidianamente, más en nuestras conversaciones que en nuestros escritos.

A veces no sabemos lo que realmente significan o sustituimos algunas palabras debido a un desliz; aunque otras veces lo hacemos a conciencia para utilizarlo como mecanismo de humor.



Isabel Echevarría Isusquiza realizó una investigación acerca de los refranes y el género en la que nos advierte que ya en el siglo XIII-XIV comenzaron a aparecer colecciones de refranes en Castilla.



En palabras de Schapira: "Los refranes forman parte del caudal de frases y combinaciones léxicas ya hechas que el hablante emplea en su discurso, y que repite tal cual, transmitiendo ideas estereotipadas en términos fijos".



Algunos de los refranes más populares son los siguientes:

A palabras necias, oídos sordos

No se debe hacer caso de las ofensas. Se suele aplicar en una situación en la que la información que se recibe resulta absurda o falsa.



A caballo regalado no le mires el diente

No se debe ser exigente con lo que se recibe de forma gratuita. Aunque aquello que se recibe no tenga gran valor o no se le pueda dar el mucho uso, hay que aceptarlo con gratitud.



A otro perro con ese hueso

Se refiere a alguien que no cree en algo por parecerle falso. Este refrán da pie a introducirse en conversaciones de tema político, cuando varias personas tienen ideologías contrarias.



En tierra de ciegos, el tuerto es el rey

Pese a que alguien sea un ignorante o poco lúcido para realizar cualquier cosa, hay otros más ignorantes que lo alabarán como si aquel fuera inteligente.



A enemigo que huye, puente de plata

En este refrán sí que aparece un concepto con su significado literal: "enemigo". Aludiendo a la situación en que una persona non grata decide marcharse, deja de estar cerca, hay que ayudarle a hacerlo.





En boca cerrada no entran moscas

Si se mantiene la boca cerrada, si se es prudente con lo que se dice, se evitará más de un problema.



El que mucho abarca, poco aprieta

Muchas veces nos creemos capaces de hacer varias cosas a la vez, o nos lo exigimos, y además queriéndolo hacer bien; esto concluye con un fracaso en todas nuestras acciones.

Patricia García

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