sábado, 12 de diciembre de 2015

Introducción al humor



El humor será el tema principal que trataremos en una serie de posts. Pero ¿qué es el humor? ¿Qué hay tras el chiste para que no podamos evitar soltar una carcajada? En esta entrada, realizaremos una primera aproximación para poder abordar el humor.
Como seres humanos que vivimos en una sociedad, tenemos unas expectativas del mundo que nos rodea, de su funcionamiento y, en definitiva, de la realidad. Cuando estas expectativas se rompen, cuando creamos una nueva realidad ajena a nuestro sentido común y más bien racional, surge el chiste. Quizás no nos conformemos con esta explicación general que nos lleva a ver el humor como algo que se da cuando ante la ruptura de expectativas surge la risa y, por esa razón, nombraremos las teorías que consideramos más relevantes sobre el humor.
La teoría de la superioridad surge en tiempos de Platón y será tratada repetidas veces a lo largo de toda la historia filosófica. Según esta teoría, nos reímos por una especie de sentimiento de superioridad frente a los demás, frente a aquellos que consideraremos inferiores, más débiles de alguna manera. Es la base de los chistes étnicos, por ejemplo, o aquellos que hoy en día catalogamos bajo la etiqueta de humor negro y en los que aparecen destacados ciertos defectos físicos o psicológicos del individuo.
En el siglo XIX, el filósofo inglés Herbert Spencer, nos aportará la teoría del alivio, que será la base sobre la que Freud elaborará su propia teoría humorística. La teoría del alivio propone que la risa surge debido a la necesidad de liberar energía nerviosa que acumulamos (Freud aportará que la liberación de energía que supone la risa es placentera porque permite evitar el uso de energía que reprime parte de la actividad inconsciente).
Una tercera teoría, la de la incongruencia, ha sido elaborada y comentada por nombres como Hutchenson, Kant, Schopenhauer, Kierkegaard o Russell Lowell. Esta teoría, es la más cercana a la definición de humor que proponíamos al principio: el humor será resultado de una incongruencia, esto es, de la ruptura de expectativas, cuando no hay correlación entre lo que creemos que ocurrirá y lo que acaba sucediendo en el chiste.
Nos hemos acercado, levemente, a lo que significa el humor, a lo que es, pero no podemos acabar este post introductorio sin realizar unos pequeños comentarios que maticen el punto de vista de esa tercera teoría, que es la que consideramos que abarca un mayor campo de actos humorísticos. Para romper las expectativas, no hemos de olvidar que hemos de tener una misma concepción de la realidad o, en gran parte, con unos ideales semejantes. Imaginemos ser de una determinada etnia y que alguien realizara un chiste sobre nosotros, aquí, quizás, el chiste resulte fallido. Imaginemos sacralizar una figura y prohibir su representación y ahora imaginemos que, desde otro sector social, se representa y se pone en un contexto fuera de toda expectativa imaginada: quizás unos nos reiremos, quizás otros lloraremos, quizás a otros nos haga hervir la sangre y quizás a otros nos sea indiferente.
El humor, tristemente, como producto cultural, de momento, tiene límites (ese es otro tema para el que necesitaríamos un blog entero) y no es suficiente con explicarlo mediante la ruptura de unas expectativas. Es por ello que, podríamos definir el humor ampliamente como una ruptura de expectativas que provoca la risa en aquellos que tienen una visión idéntica, similar o compartida de la realidad. El humor, por lo tanto, para causar risa, ha de romper unas expectativas, pero vistas desde una posición o realidad compartida, es un elemento de identidad grupal y, justo por eso, puede ser un arma y motivo de enfrentamientos sociales.


Cristian Buenosvinos


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